Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Historia y Arte
LA EUROPA DE LA ILUSTRACIÓN
Manifestaciones artísticas - 1ª parte
Introducción
uede decirse, en términos generales, que el siglo XVIII
fue poco innovador en materia artística, tan sólo la música dio muestras de una
fuerte capacidad renovadora.
Desde el punto de vista estilístico, el siglo se vio dominado por dos corrientes: el Rococó y el Neoclasicismo.
El Rococó, que fue un estilo primordialmente decorativo, surgió como una evolución natural del Barroco, que aún se mantuvo vigente varias décadas. El Neoclasicismo fue la continuación de la tendencia clasicista que, durante el siglo XVII, había convivido con el arte Barroco.
Un ejemplo representativo del Rococó
centroeuropeo; Santuario de Wies, en Baviera, Alemania.
Francia fue el centro irradiador de las nuevas tendencias, pero éstas fueron interpretadas de manera particular en cada país, de modo que, hacia mediados del siglo XVIII, el panorama artístico europeo era un conglomerado de estilos entremezclados que, con frecuencia, dieron como fruto obras difíciles de clasificar. Además, debe añadirse que, antes de finalizar la centuria, empezaron a darse las primeras muestras artísticas, marcadas por la mentalidad y el gusto del Romanticismo.
Por otro lado, e independientemente de los estilos predominantes, la personalidad artística más acusada y renovadora del siglo fue la de Francisco de Goya, cuya pintura fue anunciadora de futuras vanguardias, algunas de las cuales tuvieron su tiempo ya en el siglo XX.
El estilo Rococó: arquitectura y escultura
El estilo Rococó nació en la corte francesa, durante la minoría de edad de Luis XV. Es, por lo tanto, un estilo cortesano que, por tratarse fundamentalmente de una concepción decorativa, se extendió rápidamente entre la nobleza y la burguesía más poderosa que lo adoptó para ornamentar sus mansiones.
El Rococó, que partió del Barroco más recargado, se caracterizó por la adopción de complejas asimetrías, cuyos retorcimientos asemejan extrañas conchas marinas, en las que se insertan formas vegetales sinuosas.
Ese motivo decorativo, que puede repetirse y prolongarse cuanto se desee, fue utilizado como marco que encuadraba cualquier elemento arquitectónico o decorativo (ventanas, puertas, molduras, espejos, etc.).